Pasaje Jouffroy

El Passage Jouffroy, ubicado en el noveno distrito de París, es uno de los pasajes cubiertos más famosos de la ciudad, y representa un ejemplo perfecto del encanto histórico y arquitectónico parisino. Inaugurado en 1847, el Passage Jouffroy se distingue por ser uno de los primeros pasajes construidos completamente en hierro y vidrio, una verdadera obra maestra de ingeniería para la época. La iniciativa de su construcción se atribuye al conde Félix de Jouffroy-Gonsans, quien quiso crear un área comercial elegante y protegida de las inclemencias del tiempo, ideal para ir de compras y pasear. El pasaje se extiende por unos 140 metros y se desarrolla en forma de “L”, corrigiendo el desnivel del terreno con una serie de escalones, una característica que añade un elemento adicional de encanto. La entrada principal se encuentra en el número 10-12 de Boulevard Montmartre, mientras que otro acceso está en la Rue de la Grange-Batelière. Ambas entradas están enmarcadas por hermosos vitrales que permiten que entre una luz natural difusa, creando una atmósfera luminosa y acogedora. Una de las principales atracciones del Passage Jouffroy es sin duda el Musée Grévin, un museo de cera inaugurado en 1882 que alberga más de 200 figuras de cera que representan personajes históricos y celebridades modernas. Este museo es una parada obligatoria para quienes visitan el pasaje, ofreciendo un viaje en el tiempo a través de representaciones realistas de personajes como Luis XIV, Edith Piaf y Leonardo DiCaprio. El pasaje también es conocido por albergar el encantador Hôtel Chopin, uno de los hoteles más antiguos de París, abierto desde 1846 y aún en funcionamiento. El hotel, que conserva su encanto de época, es un ejemplo perfecto de cómo las actividades históricas pueden adaptarse y prosperar en el contexto moderno. Caminando por el Passage Jouffroy, los visitantes pueden admirar una serie de tiendas y boutiques únicas. La Librairie du Passage, fundada en 1850, es una de las librerías más antiguas de París, especializada en libros de arte y fotografía. Este lugar fascinante ha sabido mantener su encanto antiguo, con estantes llenos de libros raros que se extienden hasta el techo. Otra tienda icónica es la Maison du Roy, que ofrece una colección de objetos decorativos inspirados en el siglo XVIII, incluyendo muebles, pinturas y telas hechas a mano en Austria, Italia e India. Esta boutique invita a los visitantes a retroceder en el tiempo, ofreciendo una experiencia sensorial que combina música de época, perfumes e iluminación tenue. No se puede hablar del Passage Jouffroy sin mencionar Le Valentin, una sala de té y pastelería famosa por sus delicias francesas. Abierto todos los días, Le Valentin es el lugar ideal para un descanso goloso, ofreciendo una amplia gama de dulces, desde los tradicionales macarons hasta los bombones que se derriten en la boca. La sala de té es un oasis de tranquilidad donde los visitantes pueden disfrutar de un momento de relajación lejos del bullicio de la ciudad. El Passage Jouffroy es también un lugar donde lo moderno y lo antiguo se encuentran. Aunque algunas tiendas históricas han cerrado, como el Palais Oriental, muchas otras han logrado mantener su identidad. Por ejemplo, la Galerie Fayet, especializada en bastones de paseo y paraguas, sigue prosperando vendiendo artículos antiguos y modernos. La historia del pasaje está marcada por una continua evolución, con importantes restauraciones realizadas en 1987 para devolver al pasaje su esplendor original. Estas intervenciones se centraron especialmente en el suelo de mármol y los vitrales, asegurando que el Passage Jouffroy siga siendo uno de los destinos preferidos para ir de compras y pasear en París.