Plaza del Ayuntamiento
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La Praça do Município de Lisboa, ubicada en el barrio de Baixa, es un lugar emblemático tanto por su historia política como por su arquitectura en la ciudad. Este espacio público está dominado por el edificio neoclásico del Ayuntamiento de Lisboa, un elegante palacio diseñado por el arquitecto Domingues Parente da Silva. La fachada del edificio está adornada con esculturas y frontones, sostenidos por columnas corintias dobles, y en su interior hay un vestíbulo con una magnífica escalera de mármol.
Históricamente, la plaza tiene un profundo significado para Portugal. Fue aquí donde, el 5 de octubre de 1910, se proclamó la república, poniendo fin a la monarquía portuguesa. Este evento se conmemora cada año con celebraciones oficiales que incluyen discursos desde el balcón del Ayuntamiento. La plaza en sí alberga un pelourinho del siglo XVIII, una columna de mármol de diez metros coronada por una esfera metálica dorada, símbolo de justicia y autonomía municipal.
La Praça do Município es un ejemplo de la resiliencia urbana de Lisboa, habiendo experimentado numerosos cambios después del terremoto de 1755 que devastó gran parte de la ciudad. Durante la reconstrucción bajo la guía del Marquês de Pombal, la plaza y sus alrededores fueron rediseñados según principios modernos de urbanismo, incorporando amplias calles rectas y edificios antisísmicos. Esto ha permitido a Lisboa resurgir de sus cenizas, manteniendo su función como corazón administrativo y político de la ciudad.
La plaza también es un punto de interés artístico gracias al pavimento creado en 1997 por el escritor y pintor Eduardo Nery. Este diseño geométrico, que recuerda a una alfombra, utiliza triángulos y rectángulos para crear un efecto visual único, integrando modernidad y tradición.
Junto al Ayuntamiento se encuentra la antigua iglesia de San Julián, ahora transformada en el Museo do Dinheiro, que ofrece un viaje a través de la historia de la moneda y el comercio en Portugal. Este museo es un ejemplo perfecto de cómo los edificios históricos pueden ser reutilizados para nuevas funciones culturales, contribuyendo a la vida intelectual de la ciudad. Además, la plaza está bien conectada gracias a la cercanía de las estaciones de metro de Terreiro do Paço y Baixa-Chiado, lo que la hace fácilmente accesible desde cualquier parte de la ciudad. Esto la convierte no solo en un centro administrativo, sino también en un centro de transporte y un punto de encuentro para la comunidad.
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