Plaza del Castillo

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La Plaza Castello es el corazón palpitante de Turín, un lugar donde la historia, el arte y la vida ciudadana se fusionan armoniosamente. Ubicada en el centro histórico de la ciudad, esta plaza es un cruce de importantes calles turinesas como la Via Garibaldi, la Via Po, la Via Roma y la Via Pietro Micca. De forma cuadrada, alberga en su centro el magnífico complejo de Palazzo Madama y Casaforte degli Acaja, rodeado de elegantes edificios históricos y arcadas que añaden un toque de majestuosidad y simetría al paisaje urbano. La plaza tiene orígenes muy antiguos, que se remontan al siglo I d.C., cuando el área albergaba la entrada oriental del antiguo castrum romano de Julia Augusta Taurinorum. Esta puerta romana, conocida en la Edad Media como Fibellona, servía como acceso principal a la ciudad y como conexión con el decumanus maximus, la actual Via Garibaldi. Durante la época lombarda, la puerta fue reforzada varias veces para resistir las invasiones bárbaras, un signo de la importancia estratégica de Turín desde tiempos antiguos.En el siglo XIII, la estructura romana en ruinas fue demolida para dar paso a una residencia fortificada, la Casaforte degli Acaja, que posteriormente se convirtió en un verdadero castillo en el siglo XIV. Este castillo, con sus torres angulares, marcó el comienzo de una transformación urbanística que llevaría a la creación de la actual plaza. Con la consolidación del Estado saboyano y el traslado de la capital de Chambéry a Turín en 1563, la Plaza Castello comenzó a tomar la forma que conocemos hoy, gracias a un ambicioso proyecto de renovación y modernización de la ciudad.En el siglo XVII, bajo la dirección de los arquitectos Carlo y Amedeo di Castellamonte, la plaza sufrió importantes intervenciones que definieron su estructura actual. Se construyeron las arcadas en el lado sur y se iniciaron los trabajos para el Palazzo Reale, símbolo del poder saboyano. La plaza se convirtió en un lugar de representación, donde se celebraban ceremonias solemnes como la llegada de la Sábana Santa a Turín en 1578 y 1582, eventos que se celebraban con una misa solemne en la cercana iglesia de San Lorenzo.En el siglo XVIII, el arquitecto Filippo Juvarra dejó una huella indeleble en la Plaza Castello con el diseño del Palazzo Madama, destinado a Maria Giovanna Battista di Savoia-Nemours. Aunque el proyecto original fue solo parcialmente realizado, el cuerpo occidental en piedra blanca es un ejemplo refinado de arquitectura barroca. Juvarra también diseñó el edificio del norte, que hoy alberga la Armeria Reale y el Archivio di Stato.A lo largo del siglo XIX, la Plaza Castello experimentó más desarrollos, incluida la construcción de la Galleria Subalpina, un pasaje cubierto ricamente decorado que conecta la plaza con la Piazza Carlo Alberto. Durante la ocupación napoleónica, se demolieron algunas conexiones entre el Palazzo Madama y el Palazzo Reale, pero en el período posterior se intervino para restaurar y embellecer la plaza, convirtiéndola en uno de los focos de la vida ciudadana.El siglo XX trajo consigo nuevos cambios, como la construcción de la Torre Littoria, un edificio de estilo racionalista que rompía con los estilos arquitectónicos anteriores de la plaza. En la década de 1990, la Plaza Castello fue parcialmente cerrada al tráfico de automóviles y peatonalizada, con pavimento de piedra de Luserna y la introducción de fuentes emergentes que enriquecen aún más su estética.
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