Plaza Minerva
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Rione IX - Pigna
La Plaza de la Minerva, ubicada en el corazón de Roma cerca del Panteón, es un lugar rico en historia y encanto. Recibe su nombre del Templo de Minerva Calcidica, erigido en la época romana por Gneo Pompeyo Magno. Hoy en día, el centro de la plaza está representado por la Basílica de Santa María sobre Minerva, la única iglesia gótica de Roma, construida sobre las ruinas del templo pagano.
La basílica, que data del siglo VIII, se convirtió en sede de los Dominicos entre 1266 y 1275. Este orden religioso convirtió el sitio en un centro de espiritualidad y conocimiento. La iglesia alberga numerosas obras de arte, incluida la famosa “Cristo de la Minerva” de Miguel Ángel, una escultura de Cristo resucitado que se encuentra cerca del altar mayor.
Uno de los elementos más icónicos de la plaza es el Obelisco de la Minerva, colocado en 1667 sobre una base esculpida por Gian Lorenzo Bernini. Este obelisco, procedente del Iseo Campense, es sostenido por un elefante de mármol conocido cariñosamente como “Pulcino della Minerva”. La elección del elefante como soporte del obelisco es simbólica: representa la fuerza unida a la sabiduría.
La plaza está rodeada de edificios históricos de gran importancia. El Grand Hotel de la Minerve, que da a la plaza, es un palacio del siglo XVIII que ha albergado a figuras ilustres como Stendhal y José de San Martín. El hotel debe su nombre a la cercana iglesia y al templo de Minerva.
Otro edificio destacado es la Pontificia Academia Eclesiástica, ubicada frente a la basílica. Este palacio del siglo XVI, reconstruido en 1878, es la escuela diplomática de la Santa Sede, donde se forman los futuros legados pontificios. La presencia de esta institución confiere a la plaza un aura de prestigio y centralidad en el mundo católico.
El convento de los Dominicos, que alguna vez se extendió hasta la Via del Seminario y San Macuto, hoy en día está en gran parte ocupado por la Biblioteca del Senado de la República, dedicada a Giovanni Spadolini. Este complejo fue el centro de la Inquisición romana en el siglo XVII y allí se celebró el famoso proceso a Galileo Galilei en 1633.
La plaza también es conocida por las placas conmemorativas que adornan sus edificios. Estas placas, que marcan las inundaciones del Tíber entre 1422 y 1598, son testimonios históricos de las dificultades enfrentadas por los habitantes de esta zona, una de las más bajas de Roma, frecuentemente sujeta a inundaciones.
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