Santuario de la Madonna della Corona
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El Santuario de la Madonna della Corona, ubicado en Spiazzi, en la provincia de Verona, es uno de los lugares de culto más sugestivos y fascinantes de Italia. Este santuario es conocido por su espectacular ubicación, encajado en el costado de un acantilado del Monte Baldo, a 774 metros sobre el nivel del mar, con una vista impresionante del valle del Adige.
La historia del santuario se remonta a la Edad Media, cuando era un lugar de ermitaños para los monjes vinculados a la Abadía de San Zeno en Verona. El sitio fue elegido por su inaccesibilidad y tranquilidad, ideales para la meditación y la oración. Según una leyenda local, una estatua de la Piedad fue milagrosamente transportada por los ángeles desde el monasterio de Rodas hasta el Monte Baldo para salvarla de la invasión turca. Esta leyenda ha contribuido a consolidar el carácter sagrado del lugar, atrayendo peregrinos de todas partes.
El primer edificio religioso en el sitio fue construido en 1530 y en 1625 comenzó la construcción de una iglesia más grande, completada en 1685. En los siglos siguientes, la iglesia sufrió varias ampliaciones y remodelaciones. En el siglo XIX, la fachada fue reconstruida en estilo gótico con decoraciones de mármol, bajo la dirección de los arquitectos Giuseppe Magagnotti y Emilio Paor. Esta fase culminó en 1899 con la solemne coronación de la estatua de la Virgen Dolorosa. En los primeros años del siglo XX, el interior del santuario fue enriquecido con las obras del escultor Ugo Zannoni, incluyendo estatuas y paneles de la Vía Crucis en mármol de Carrara.
Entre 1975 y 1978, el santuario sufrió una importante renovación y ampliación. El arquitecto Guido Tisato diseñó la demolición de la antigua iglesia, pero manteniendo los elementos más significativos, para construir una estructura más grande y moderna. En 1982, el santuario obtuvo el título de basílica menor y en 1988 fue visitado por el Papa Juan Pablo II, un evento conmemorado por un medallón ubicado en el exterior del santuario.
El acceso al santuario se realiza principalmente a través de dos rutas: el Sendero de la Esperanza, un camino de 2,5 km que parte del pueblo de Brentino Belluno, y una ruta peatonal asfaltada construida en la década de 1920. Ambas rutas están enriquecidas con estatuas de bronce que representan las estaciones de la Vía Crucis, obras del arquitecto Raffaele Bonente, que guían a los peregrinos hacia el santuario.
Dentro del santuario, los visitantes pueden admirar la Escalera Santa, una reproducción de la escalera que Jesús habría subido el día de su crucifixión, y una serie de frescos y obras de arte que adornan las capillas y salas. La estatua de la Virgen con el Niño, en el centro del culto, es particularmente venerada y considerada milagrosa.
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