Templo de Vespasiano
Europa,
Italia,
citta, Roma,
Rione X - Campitelli
Construido para honrar al emperador Vespasiano después de su muerte en el 79 d.C., el templo fue completado por su hijo Tito y posteriormente restaurado por Domiciano, el hermano menor de Tito. Este monumento no solo celebra la divinización de Vespasiano, sino también la importancia de la dinastía Flavia en la consolidación del Imperio Romano.
El templo fue iniciado por Tito poco después de la muerte de su padre y completado por Domiciano en el 87 d.C. Su construcción marcó un período de gran transformación para el Foro Romano, que veía una serie de nuevas construcciones y restauraciones destinadas a celebrar la estabilidad y la grandeza del Imperio bajo los Flavios. Situado junto al Templo de la Concordia y cerca de la esquina occidental del Foro, el Templo de Vespasiano y Tito ocupaba una posición destacada, subrayando la importancia de la familia imperial.La arquitectura del templo refleja la habilidad y la atención al detalle características de los romanos. Construido sobre un alto podio, el edificio presentaba seis columnas corintias en la fachada y otras seis a lo largo de cada lado, que sostenían un elaborado frontón decorado con relieves. Estas columnas, de aproximadamente 15 metros de altura y hechas de mármol de Luni, le daban al templo un aspecto majestuoso e imponente, visible desde gran parte del Foro.La celda del templo, el santuario interno, albergaba las estatuas divinizadas de Vespasiano y Tito, junto con varias otras decoraciones que celebraban sus hazañas y su reinado. Las paredes estaban revestidas con mármoles preciosos y decoradas con relieves que representaban escenas de la vida de Vespasiano, incluyendo su ascenso al trono y sus campañas militares, especialmente en Judea. La celda era accesible a través de una escalinata monumental que confería un sentido adicional de solemnidad al edificio.Un elemento significativo del templo era su inscripción dedicatoria. Originalmente, la inscripción conmemoraba a Vespasiano, pero con la finalización del templo por parte de Domiciano, fue modificada para incluir también a Tito. Este gesto no solo honraba a ambos emperadores, sino que consolidaba la idea de la continuidad dinástica y la piedad filial, valores fundamentales en la sociedad romana.Durante la Edad Media, el templo, al igual que muchos otros monumentos romanos, sufrió numerosos saqueos y modificaciones. Sus estructuras fueron parcialmente desmanteladas para recuperar materiales de construcción, y el templo cayó en ruinas. Sin embargo, los restos de las columnas y parte del frontón permanecieron en pie, testimonio de la durabilidad y la magnificencia de la arquitectura romana.En el Renacimiento, el interés por las antigüedades romanas llevó a un renovado estudio del templo. Artistas y arquitectos, incluido Andrea Palladio, dibujaron y estudiaron las ruinas, tratando de comprender las técnicas constructivas y la estética de los romanos. Estos estudios influenciaron profundamente la arquitectura renacentista y barroca, contribuyendo al redescubrimiento y la valorización del patrimonio antiguo.Un anécdota interesante concierne al restauración del templo bajo el emperador Domiciano. Se cuenta que Domiciano, conocido por su vanidad y su deseo de dejar una marca duradera, quiso incluir su nombre en la inscripción dedicatoria del templo. Sin embargo, por respeto a sus predecesores, decidió no hacerlo, dejando así el templo como un monumento a la memoria de Vespasiano y Tito.Hoy en día, los restos del Templo de Vespasiano y Tito continúan dominando el paisaje del Foro Romano. Las tres columnas sobrevivientes, con sus capiteles corintios y parte del arquitrabe, están entre los monumentos más fotografiados y admirados del Foro.
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