Via Pignolo – Casas pintadas - Bérgamo
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Via Pignolo: uno de los lugares más fascinantes de Bérgamo y, en particular, de su Ciudad Alta. Les presentamos un itinerario que les llevará a descubrir un área renombrada por sus “casas pintadas”, un espléndido ejemplo del arte mural y de la historia que caracterizan la ciudad. Via Pignolo es conocida no solo por sus fascinantes edificios, sino también por su vínculo con la tradición artística bergamasca, que se remonta al Renacimiento. Sumergidos en una atmósfera histórica, aquí tendrán la posibilidad de comprender mejor la identidad cultural y artística de Bérgamo.Orígenes e historiaVia Pignolo tiene raíces profundas en la historia de Bérgamo, que se remontan al menos al siglo XIII. Esta vía, que atraviesa el corazón de la Ciudad Alta, ha presenciado el paso de familias nobles, artistas y comerciantes, y es testigo de eventos que han marcado el destino de la ciudad. En el transcurso del siglo XV, en particular, se convirtió en un punto de referencia para una floreciente producción artística, con numerosos artistas que se establecieron aquí. Durante el Renacimiento, las casas a lo largo de la vía comenzaron a decorarse con frescos, un fenómeno que reflejaba la importancia de la cultura visual y del arte en la vida cotidiana.Entre los siglos XVI y XVII, el arte de las casas pintadas alcanzó su apogeo, con la realización de murales que narraban historias mitológicas, paisajes y escenas de la vida diaria. Uno de los artistas más conocidos que trabajó en este período fue Giovan Battista Tiepolo, quien dejó su huella en diversas obras no solo en Bérgamo, sino también en otras ciudades italianas y europeas. Con la adaptación a nuevas modas y estilos, las decoraciones murales evolucionaron, integrando influencias barrocas y rococós.En los siglos posteriores, Via Pignolo ha sufrido diversas transformaciones, con obras de restauración necesarias para mantener intactas sus maravillas artísticas, especialmente después de eventos bélicos que causaron daños considerables. A pesar de estos desafíos, el patrimonio artístico napoleónico y las iniciativas de conservación modernas han permitido preservar las casas frescadas, que aún pueden ser admiradas hoy.Qué observarMientras viajamos por Via Pignolo, nos detendremos en algunas de las casas más significativas y sus extraordinarios frescos.Apenas comenzamos nuestra visita, a nuestra derecha, nos encontramos frente a la Casa de los Tasso. Esta residencia es famosa por sus frescos que representan escenas extraídas de las historias de la familia Tasso, conocida por haber sido poetas y dramaturgos. La entrada está adornada con decoraciones elegantes que evocan el gusto renacentista.Siguiendo por la calle, a la izquierda se encuentra la Casa de Giambattista, un palacio que alberga frescos atribuidos al maestro Giovanni Battista Moroni. Aquí es posible apreciar la capacidad de Moroni para capturar las emociones humanas a través de retratos vívidos y detallados, que reflejan el espíritu de una sociedad en evolución.Poco más adelante, a la derecha, encontramos la Casa de Sergio Mazzola, también célebre por sus pinturas murales. Los frescos aquí representan escenas de virtudes y vicios, en una curiosa mezcla de didáctica y belleza, un excelente ejemplo de la función de las casas pintadas como complementos educativos para la comunidad.Continuando nuestro paseo, no podemos olvidar la Casa Cantoni, con sus representaciones de deidades y episodios mitológicos. Las escenas retratadas aquí demuestran cómo la mitología tuvo un papel importante en el arte de la época. Observa cómo los colores vivos y la dinámica de las figuras capturan la atención, fomentando la contemplación y el diálogo sobre el arte.A la izquierda, encontrarán ejemplares de viviendas más pequeñas, caracterizadas por sus singulares frescos de temática rural. Estos espacios, aunque menos conocidos, cuentan historias de la vida cotidiana y de eventos locales históricos, manifestando un profundo vínculo con la comunidad que las habitó.A medida que nos aproximamos al final de la vía, notamos que los diferentes estilos de los frescos no solo nos cuentan sobre la belleza de las obras, sino también sobre el cambio de sensibilidades artísticas y culturales a lo largo de los siglos. Esta evolución es testimoniada por las decoraciones barrocas más elaboradas hasta los frescos más sobrios de la fase neoclásica.Contexto y conexionesVia Pignolo está inserta en un contexto urbano rico y variado. A poca distancia, encontramos el Museo de Arte e Historia de Bérgamo, donde una selección de obras de arte locales amplía aún más la comprensión del patrimonio artístico presente en la ciudad. Este museo ofrece una excelente oportunidad para profundizar en algunos de los temas y técnicas artísticas visibles en las casas pintadas de Via Pignolo.Otra atracción cercana es la Catedral de Bérgamo, que representa un importante ejemplo de arquitectura religiosa. Aquí se mezclan diferentes estilos arquitectónicos, desde el románico hasta el barroco, y en su interior se pueden admirar altares finamente decorados que completan esta experiencia artística.Finalmente, no podemos olvidar la Porta San Giacomo, una de las principales entradas a la Ciudad Alta, que testimonia la importancia estratégica y comercial de Bérgamo. Al atravesar esta puerta, se pueden descubrir las historias que animan la vida pasada de la ciudad, conectándose así con los temas explorados a lo largo de Via Pignolo.CuriosidadesUna de las curiosidades interesantes acerca de las casas pintadas es el uso de técnicas particulares, como el fresco a buon fresco, que permitía a los pintores mezclar los colores con agua y aplicarlos directamente sobre el yeso fresco, dando así vida a obras de colores brillantes y duraderos.Además, se ha estudiado cómo las casas frescadas jugaron un papel en la identidad visual de Bérgamo, actuando como cartas de presentación para las familias nobles que las habitaban. Cada fresco cuenta no solo historias personales, sino que también refleja la imagen pública y el prestigio social de los propietarios.Las diversas representaciones de temática mitológica también tenían una función pedagógica: educar al público sobre las virtudes y los vicios, a través de una forma artística accesible para todos. Los frescos eran, por tanto, una especie de narración visual, capaz de atraer e involucrar tanto a los ciudadanos como a los visitantes.Finalmente, es interesante notar que algunos frescos fueron realizados con la intervención directa de las familias que habitaban estas casas, haciendo del arte no solo una expresión estética, sino también una forma de convivialidad y colaboración comunitaria.Les invitamos a continuar su exploración de la Ciudad Alta de Bérgamo, descubriendo lugares como el Museo de Arte e Historia, la Catedral y la cercana Porta San Giacomo. Cada uno de estos puntos representa una pieza fundamental en el mosaico histórico y cultural de esta extraordinaria ciudad. ¡Buen descubrimiento!
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