Villa Bardini

Villa Bardini, ubicada en el barrio de Oltrarno en Florencia, es una de las joyas ocultas de la ciudad, un lugar donde la historia, el arte y la naturaleza se fusionan armoniosamente. Originalmente conocida como Villa Manadora, fue construida en el siglo XVII por el arquitecto Gherardo Silvani por encargo de Francesco Manadori. La villa y su jardín ofrecen una de las vistas panorámicas más bellas de Florencia, tanto que se ganó el apodo de “Villa Belvedere”. La historia de Villa Bardini es rica y variada. En el siglo XIX, la propiedad pasó a Giacomo Le Blanc, quien transformó el parque en un jardín de estilo inglés, agregando estatuas, fuentes y un Kaffeehaus con gruta. Posteriormente, la villa fue comprada por los príncipes Carolath von Beuthen, quienes enriquecieron aún más el jardín con elementos según la moda victoriana, incluidos bordes de rosas y parterres elevados. En 1913, la villa fue comprada por el anticuario Stefano Bardini, conocido como el “príncipe de los anticuarios”. Bardini realizó importantes modificaciones al complejo, convirtiéndolo en una especie de galería de arte al aire libre. Entre las intervenciones más significativas se encuentra la creación de un paseo que conectaba la villa con la ciudad, sacrificando parte de los jardines medievales preexistentes. Después de la muerte del hijo de Bardini, Ugo, la villa fue objeto de una larga disputa hereditaria que finalizó en 1996, cuando la propiedad pasó al Ayuntamiento de Florencia. Hoy en día, Villa Bardini alberga dos museos: el Museo Capucci, dedicado al trabajo del diseñador de moda Roberto Capucci, y el Museo Annigoni, que conserva la mayor colección de obras del pintor Pietro Annigoni. El Museo Capucci presenta una exposición permanente de vestidos-escultura y organiza exposiciones temporales con vestidos y diseños del diseñador. Por otro lado, el Museo Annigoni exhibe alrededor de 6000 obras entre pinturas, dibujos y objetos personales del artista. El Jardín Bardini es una de las principales atracciones del complejo, famoso por su espectacular escalinata barroca que ofrece una vista impresionante del centro histórico de Florencia. El jardín se divide en tres áreas principales: el jardín italiano con la escalinata, el bosque inglés con plantas exóticas y el parque agrícola con huertos y pérgolas de glicinas. Este último es especialmente apreciado en primavera, cuando la glicina florece, creando un encantador túnel de colores y aromas. El jardín y la villa fueron objeto de una cuidadosa restauración a principios de los años 2000, financiada por la Fundación Cassa di Risparmio di Firenze. Las intervenciones han preservado y realzado los elementos históricos, introduciendo al mismo tiempo nuevos espacios y funcionalidades. La restauración incluyó la reapertura al público del jardín y la inauguración de los museos, convirtiendo a Villa Bardini en un importante centro cultural y artístico.