El Procope
Europa,
Francia,
citta, París,
VI arrondissement
El Procope, fundado en 1686 por Francesco Procopio dei Coltelli, es el café más antiguo de París. Ubicado en el 6º distrito, ha sido un punto de encuentro fundamental para artistas, filósofos y revolucionarios. Entre sus ilustres visitantes se encuentran Voltaire, Rousseau, Diderot y Benjamin Franklin. Durante la Revolución Francesa, el café se convirtió en un centro neurálgico para los revolucionarios, incluidos Robespierre y Danton. Hoy en día, Le Procope conserva su encanto histórico con una decoración que evoca el siglo XVIII, continuando siendo un lugar de encuentro cultural e intelectual.
Le Procope ha sido testigo del nacimiento de ideas que cambiarían el mundo. En el siglo XVIII, el café era frecuentado por filósofos de la Ilustración como Voltaire, quien se dice que bebía hasta cuarenta tazas de café al día mezclado con chocolate. También Diderot y d’Alembert, editores de la famosa “Encyclopédie”, encontraban en Le Procope un ambiente estimulante para discutir sus ideas. Este lugar ha sido descrito como una “cuna de la Ilustración” donde intelectuales y pensadores se reunían para intercambiar opiniones y debatir ideas revolucionarias.
Durante la Revolución Francesa, Le Procope fue un lugar de encuentro para los revolucionarios. Robespierre, Danton y Marat eran visitantes habituales. Fue en este café donde se exhibió por primera vez el gorro frigio, que luego se convirtió en un símbolo de la libertad revolucionaria. Este período turbulento en la historia francesa vio a Le Procope transformarse de un simple café a un verdadero centro de debate político y social.
En el siglo XIX, el café siguió siendo un lugar de encuentro para figuras literarias y políticas. Entre sus clientes se encontraban personajes como Honoré de Balzac, Victor Hugo y Anatole France. Este período vio a Le Procope convertirse no solo en un centro de pensamiento intelectual, sino también en un lugar donde se discutían y desarrollaban ideas políticas y sociales. Su importancia en la vida cultural parisina nunca disminuyó, atrayendo continuamente mentes brillantes y creativas.
Le Procope ha experimentado varias transformaciones a lo largo de los siglos. Después de su cierre en 1872, reabrió en 1957 como restaurante, manteniendo el nombre y la atmósfera histórica. Los interiores han sido restaurados para reflejar el estilo del siglo XVIII, con objetos originales y decoraciones que evocan su glorioso pasado. Las paredes del restaurante están adornadas con retratos y recuerdos de sus famosos visitantes, creando una atmósfera que transporta a los visitantes en el tiempo.
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