Palacio de los Altemps

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El Palazzo Altemps, ubicado en la Piazza Sant’Apollinare en Roma, es un ejemplo extraordinario de arquitectura renacentista. Su construcción se remonta al final del siglo XV, cuando Girolamo Riario, sobrino del Papa Sixto IV, encargó el proyecto al arquitecto Melozzo da Forlì. Girolamo, una figura influyente y ambiciosa, deseaba un palacio que reflejara su poder y su estatus social, pero las obras no se completaron hasta 1480, después de su matrimonio con Caterina Sforza. A lo largo de los siglos, el palacio pasó por varias manos, sufriendo ampliaciones y modificaciones que enriquecieron su arquitectura y decoración. En 1511, el cardenal Francesco Soderini adquirió el edificio y encargó más trabajos a destacados arquitectos como Antonio da Sangallo el Viejo y Baldassarre Peruzzi. Durante este período se construyó el patio principal, un espacio elegante y armonioso que es uno de los ejemplos más refinados de arquitectura renacentista en Roma. Entre 1513 y 1518, el palacio se convirtió en la residencia del cardenal mediceo Innocenzo Cybo, quien lo utilizó como residencia y lugar de representación. Posteriormente, en 1568, el cardenal Marco Sittico Altemps, hijo de la hermana del Papa Pío IV, adquirió el palacio y lo convirtió en la residencia de su familia. Fue Marco Sittico quien fundó la Biblioteca Altempsiana y comenzó una colección de esculturas antiguas, otorgando al palacio un papel significativo en la vida cultural e intelectual de Roma. Una de las historias más dramáticas relacionadas con el Palazzo Altemps involucra al hijo natural de Marco Sittico, Roberto Altemps. En 1586, Roberto fue acusado de adulterio y ejecutado por orden del Papa Sixto V, a pesar de su posición como prefecto de las armas papales en Aviñón. Este episodio dejó una marca indeleble en la historia de la familia Altemps, tanto que Giovanni Angelo Altemps, hijo de Roberto, mandó pintar un gran fresco en la capilla privada del palacio que representa la decapitación de su padre. El palacio también ha albergado a importantes figuras de la cultura y la diplomacia europea. En el siglo XVIII, el cardenal Melchior de Polignac lo alquiló como sede diplomática francesa, convirtiéndolo en un lugar de gran mundanidad y lujo. Entre los ilustres invitados se encontraban el poeta Metastasio y el joven Wolfgang Amadeus Mozart, quien tocó en el palacio durante su estancia en Roma. La logia del piso noble, decorada con frescos y estucos, ofrece un espacio evocador que completa la visita. Los frescos atribuidos a la escuela de Melozzo da Forlì, descubiertos durante las restauraciones, añaden un nivel adicional de interés artístico e histórico al palacio. El patio principal, con su pórtico de dos pisos y columnas dóricas, es uno de los elementos arquitectónicos más admirados del palacio. Este espacio, utilizado para eventos y manifestaciones culturales, conserva la elegante y refinada atmósfera típica del Renacimiento. Hoy en día, el Palazzo Altemps alberga una extraordinaria colección de esculturas antiguas, incluyendo algunas de las obras maestras de la colección Ludovisi. Entre las obras más famosas se encuentran el “Trono Ludovisi”, una refinada escultura griega del siglo V a.C., y el “Ares Ludovisi”, una majestuosa estatua del dios de la guerra. Otros destacados incluyen el “Hermafrodito Ludovisi”, un fascinante ejemplo de escultura helenística, y el “Gálata suicida”, una poderosa representación del drama humano. En el siglo XIX, el palacio pasó a manos de la Santa Sede y fue utilizado como instituto educativo por la orden religiosa de De Merode. Este uso educativo continuó hasta principios del siglo XX, cuando el instituto fue trasladado a otro lugar. En 1982, el Palazzo Altemps fue adquirido por el Estado italiano y se convirtió en una de las cuatro sedes del Museo Nacional Romano, después de una cuidadosa restauración que preservó su integridad arquitectónica y decorativa.
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