Campanario de San Doimo

El Reloj de la Ciudad de Split, ubicado en la céntrica Narodni Trg, también conocida como Plaza del Pueblo, es uno de los símbolos más fascinantes de la ciudad. Esta torre del reloj ha sido un punto de referencia para los ciudadanos de Split durante siglos, no solo por su función práctica, sino también por su significado histórico y cultural. La torre del reloj, construida en el siglo XV, se distingue por su particular reloj de 24 horas, una innovación única en su tipo que refleja la forma en que el tiempo era percibido y medido en el pasado. Este sistema de 24 horas, en lugar del más común sistema de 12 horas, hace que el Reloj de la Ciudad sea un ejemplo excepcional de ingeniería medieval y diseño urbano. El contexto histórico del Reloj de la Ciudad está estrechamente relacionado con el desarrollo de Split durante el período veneciano. En el siglo XIV, la Plaza del Pueblo reemplazó al Peristilo del Palacio de Diocleciano como el corazón palpitante de la vida ciudadana, convirtiéndose en el centro administrativo y social de Split. El reloj, con su torre campanario, no solo marcaba el tiempo, sino que también representaba el poder y la influencia de la República de Venecia sobre la ciudad. Arquitectónicamente, el Reloj de la Ciudad combina elementos góticos y renacentistas. La torre está decorada con varios bajorrelieves y ornamentos que cuentan la historia y la cultura de la ciudad. En su interior, la estructura alberga mecanismos complejos que, a lo largo de los siglos, han sido restaurados y mantenidos para garantizar que el reloj siga funcionando con precisión. Políticamente, la torre del reloj ha resistido varios cambios de poder y dominaciones. Durante la ocupación austrohúngara y posteriormente durante el período yugoslavo, el Reloj de la Ciudad siguió representando un símbolo de resistencia y continuidad para la ciudad de Split. Cada época ha dejado su huella, pero el reloj ha mantenido su posición central como guardián del tiempo y la historia de la ciudad. Una anécdota interesante concierne al mantenimiento del reloj durante el período veneciano. Se dice que el mecanismo era tan preciso y complejo que solo unos pocos relojeros seleccionados podían trabajar en él, asegurando que el reloj siguiera siendo uno de los instrumentos de medición del tiempo más confiables de la región.