Catedral de San Isidro
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La Catedral de San Isidro, ubicada en el corazón del barrio de La Latina en Madrid, es un imponente ejemplo de arquitectura barroca que ha desempeñado un papel fundamental en la historia religiosa de la ciudad. Construida entre 1620 y 1664, la catedral está dedicada a San Isidro Labrador, el patrón de Madrid, y a su esposa, Santa María de la Cabeza, cuyos restos se conservan en su interior.
El edificio original fue diseñado por el arquitecto Pedro Sánchez, siguiendo el modelo de la Iglesia del Gesù en Roma, iglesia madre de la orden de los Jesuitas. De hecho, el complejo nació como parte del Colegio Imperial de los Jesuitas, un importante centro educativo frecuentado por muchas de las grandes figuras del Siglo de Oro español. Sin embargo, en 1767, con la expulsión de los Jesuitas de España por parte de Carlos III, la iglesia fue transformada en una colegiata y, posteriormente, en 1885, se convirtió en la catedral provisional de Madrid, papel que mantuvo hasta la consagración de la Catedral de la Almudena en 1993.
La fachada de la catedral, completada por Francisco Bautista en 1664, presenta elementos típicos del barroco español con columnas y pilares corintios, y estatuas de San Isidro y Santa María de la Cabeza, obras originalmente esculpidas por Juan Pascual de Mena y posteriormente reconstruidas después del incendio de 1936. Este incendio, ocurrido durante la Guerra Civil Española, causó el derrumbe de la cúpula y la destrucción de muchas obras de arte, incluido el retablo mayor diseñado por Ventura Rodríguez. Afortunadamente, el cuerpo de San Isidro fue salvado del fuego, escondido por los fieles, y la restauración de la iglesia, iniciada en la posguerra, buscó restablecer fielmente los elementos originales, culminando en los años 60 con la reconstrucción de las torres de la fachada.
El interior de la catedral está lleno de decoraciones barrocas. El retablo mayor actual, una réplica del original, es una obra maestra de la orfebrería madrileña del siglo XVII, debajo del cual se encuentran los restos de San Isidro y su esposa. La catedral también tiene una serie de capillas laterales interconectadas, cada una con sus propias peculiaridades artísticas e históricas. De particular interés es la capilla de la Virgen del Carmen, cuyo restauración fue financiada por la embajada británica, como lo demuestra el escudo del Reino Unido sobre el altar.
La estructura de la iglesia sigue una planta de cruz latina, con una nave central flanqueada por capillas laterales. La cúpula sobre el crucero, aunque no está decorada con frescos, impresiona por su estructura y sus dimensiones. El complejo de la catedral, incluidos sus numerosos ornamentos y detalles arquitectónicos, representa uno de los mejores ejemplos del barroco madrileño.
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