Iglesia de San Felipe Neri

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La Iglesia de San Felipe Neri de Turín es un notable ejemplo de arquitectura barroca y uno de los lugares de culto más significativos de la ciudad. Ubicada en la Via Maria Vittoria, la iglesia representa el edificio religioso más grande de Turín, con una longitud de 69 metros y una anchura de 37 metros. La construcción comenzó en 1675 según el diseño del arquitecto Antonio Bettini, por orden de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, una orden fundada por el propio santo con el objetivo de promover la vida espiritual a través de la música y la oración. La iglesia fue completada en el siglo XVIII gracias a la intervención de Filippo Juvarra, uno de los arquitectos más destacados del barroco piamontés. Juvarra, encargado de completar la fachada y los interiores, introdujo una serie de soluciones arquitectónicas innovadoras que convirtieron a la iglesia en una obra maestra del barroco italiano. La fachada, posteriormente realizada por Ernesto Camusso en 1891, presenta un imponente pórtico corintio que confiere al edificio una majestuosidad sin igual. El interior de la iglesia se caracteriza por una nave única cubierta por una bóveda de cañón, sostenida por capillas elípticas laterales. El altar mayor es una obra de gran valor artístico, con un frontal realizado por el famoso ebanista Pietro Piffetti en 1749. Este antipendio de madera, marfil, nácar y piedras preciosas es uno de los ejemplos más refinados del arte decorativo de la época. Las capillas laterales albergan una serie de pinturas de gran valor, incluyendo obras de Francesco Solimena y Enrico Reffo. Uno de los elementos más fascinantes de la iglesia es el órgano, situado a la derecha del altar mayor. Construido por los hermanos Serassi en 1831 y ampliado posteriormente por Carlo Vegezzi Bossi, el órgano cuenta con 39 registros y una transmisión mecánica, y ha sido restaurado recientemente para preservar su integridad y calidad sonora. La iglesia también está vinculada a la figura del beato Sebastiano Valfrè, cuyo cuerpo descansa en la cripta cementerial del siglo XVII, restaurada en 2006. Valfrè, conocido por su devoción a la Sábana Santa y por su papel durante el asedio de Turín en 1706, está representado en varias pinturas dentro de la iglesia, que celebran su vida y obras. El entorno urbano en el que se encuentra la iglesia es igualmente fascinante. La Piazza San Filippo Neri, ubicada directamente frente al edificio, es un animado lugar de encuentro, rodeado de elegantes edificios históricos, cafés y tiendas. La plaza, también diseñada por Guarino Guarini, ofrece un espacio armonioso que realza la magnificencia de la iglesia e invita a los visitantes a detenerse y disfrutar de la atmósfera única del lugar. Durante los meses de verano, la plaza se convierte en un teatro al aire libre, acogiendo eventos culturales, conciertos y exposiciones que enriquecen aún más la experiencia de los visitantes. El barrio de Borgo Po, donde se encuentra la iglesia, es conocido por su carácter histórico y cultural. Las calles empedradas y los edificios de época crean una atmósfera auténtica y acogedora, con numerosas trattorias y restaurantes que ofrecen platos típicos de la tradición piamontesa. El mercado local, que se celebra cada sábado por la mañana en la Piazza della Repubblica, es una oportunidad imperdible para descubrir los sabores y productos artesanales de la región. La Iglesia de San Felipe Neri es fácilmente accesible gracias a su ubicación céntrica y a la proximidad con los principales medios de transporte público. Para aquellos que llegan en coche, hay aparcamientos cercanos. Las visitas guiadas, ofrecidas en horarios establecidos, permiten a los visitantes profundizar en la historia, arquitectura y obras de arte de la iglesia, acompañados por guías expertos que comparten anécdotas y curiosidades.
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