Jardín Botánico de Praga

El Jardín Botánico de Praga, ubicado en el hermoso barrio de Troja, es uno de los tesoros ocultos de la ciudad, extendiéndose sobre una vasta área de aproximadamente 70 hectáreas. Fundado en 1969, el jardín fue creado inicialmente con fines científicos, pero hoy en día es una de las principales atracciones para residentes y turistas, ofreciendo una combinación única de belleza natural, investigación científica y espacios recreativos. Ubicado cerca del famoso Castillo de Troja y el Zoológico de Praga, el jardín es de fácil acceso y representa un destino ideal para un día al aire libre. El diseño del jardín fue encargado a los arquitectos Josef Hrůza y Jiří Navrátil y al ingeniero J. Jager, quienes transformaron un terreno accidentado en un paraíso botánico. El jardín se desarrolla en diferentes niveles de altitud, desde los 179 hasta los 276 metros sobre el nivel del mar, creando una variedad de microclimas adecuados para plantas de diferentes partes del mundo. Una de las principales atracciones del jardín es la Serra Fata Morgana, una estructura moderna inaugurada en 2004 que cubre un área de 2.200 metros cuadrados. La serra está dividida en tres secciones climáticas: la primera alberga plantas suculentas y especies de la sabana, provenientes de América Central, Madagascar y Sudáfrica; la segunda está dedicada a la selva tropical, con una cascada de siete metros de altura; la tercera sección, enfriada artificialmente, presenta flora de los Andes, Ciudad del Cabo, Tasmania y Nueva Zelanda. Esta serra no solo ofrece un fascinante viaje a través de diferentes ecosistemas, sino que también sirve como un importante centro para la conservación de plantas exóticas. En el exterior, el jardín botánico se divide en diferentes áreas temáticas, cada una con su propia singularidad. La Pradera de Peonías, la Pradera Norteamericana y el Jardín Ornamental son solo algunas de las secciones que muestran la diversidad de plantas cultivadas. El Jardín Japonés, con sus rododendros, peonías y cerezos japoneses, es especialmente impresionante en primavera y otoño, cuando los colores de las hojas crean una atmósfera encantadora. Otro punto de interés es el viñedo de Santa Clara, uno de los más antiguos de Praga, que data del siglo XIII. El viñedo ofrece una vista panorámica de la ciudad y una histórica bodega donde los visitantes pueden degustar vinos locales. El viñedo ha sido recientemente modernizado y sigue produciendo vino, que está disponible para la compra en la enoteca ubicada dentro del jardín.