Jardines Botánicos Nacionales

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Los Jardines Botánicos Nacionales de Irlanda, ubicados en Glasnevin, Dublín, son una de las principales atracciones naturales del país, combinando belleza paisajística, importancia científica y relevancia histórica. Fundados en 1795 por la Royal Dublin Society (RDS) gracias a un financiamiento del Parlamento irlandés, los jardines fueron inicialmente creados para promover el estudio y el conocimiento de las plantas útiles para la agricultura y la medicina. Desde sus inicios, este espacio verde ha desempeñado un papel crucial en la conservación de especies vegetales y en la investigación botánica. El diseño de los jardines fue encargado a James Fraser, un experto paisajista escocés. Los primeros años de actividad vieron la construcción de invernaderos y la importación de plantas exóticas de todo el mundo. Entre las primeras y más significativas estructuras erigidas en los jardines se encuentran los invernaderos victorianos, destacando la Palm House y la Curvilinear Range, obras maestras de ingeniería en vidrio y hierro que albergan plantas tropicales y subtropicales. Estos invernaderos han sido recientemente restaurados para preservar su integridad histórica y arquitectónica, continuando sorprendiendo a los visitantes con su belleza y la riqueza de las colecciones botánicas.Los Jardines Botánicos Nacionales albergan una extraordinaria variedad de plantas, con más de 15.000 especies provenientes de todos los rincones del mundo. Las colecciones incluyen plantas raras y en peligro de extinción, árboles centenarios y una amplia gama de flores estacionales que transforman los jardines en un caleidoscopio de colores durante todo el año. Entre las colecciones más importantes se encuentran las de helechos, orquídeas, plantas carnívoras y coníferas, que atraen a estudiosos y entusiastas de la botánica de todo el mundo.El papel de los jardines en la conservación de especies vegetales es de fundamental importancia. Colaboran con organizaciones internacionales como el Botanic Gardens Conservation International (BGCI) para proteger y conservar las especies amenazadas. Los jardines participan activamente en programas de reintroducción de especies autóctonas y en la conservación ex-situ, albergando ejemplares de plantas que corren el riesgo de extinguirse en sus hábitats naturales.Un dato interesante es la introducción de la secuoya gigante en Irlanda. En 1853, un jardinero de los Jardines Botánicos de Glasnevin llevó semillas de secuoya gigante desde Estados Unidos. Estas semillas fueron plantadas y crecieron hasta convertirse en majestuosos árboles, algunos de los cuales todavía son visibles en los jardines hoy en día, ofreciendo un vínculo vivo con la historia de la horticultura del siglo XIX. Otro aspecto fascinante de los jardines es su papel en la historia de la horticultura. En el siglo XIX, los jardines estuvieron involucrados en la Gran Hambruna Irlandesa (1845-1852), cuando se utilizaron para probar cultivos alternativos y encontrar soluciones para mitigar los efectos de la hambruna. Este período marcó un momento crucial en la historia agrícola irlandesa, destacando la importancia de la investigación científica en la resolución de crisis alimentarias.Además de las colecciones botánicas, los jardines también cuentan con una importante colección de obras de arte y esculturas. Entre ellas destaca el busto de Carl Linnaeus, el célebre botánico sueco conocido por haber desarrollado el sistema de clasificación de las plantas. Esta colección artística enriquece aún más la experiencia de los visitantes, ofreciendo una combinación perfecta entre naturaleza y arte.La gestión y el cuidado de los jardines están a cargo de la Oficina de Obras Públicas (OPW), que se encarga de mantener y mejorar las estructuras y colecciones. Recientemente, los jardines han experimentado importantes trabajos de restauración, incluyendo la restauración de los invernaderos históricos y la actualización de las infraestructuras para garantizar una experiencia de visita cada vez más cómoda y accesible.La ubicación de los Jardines Botánicos Nacionales, a poca distancia del centro de Dublín, los hace fácilmente accesibles y un destino ideal para una excursión de un día. El paisaje tranquilo y la riqueza de las colecciones ofrecen un refugio verde en el corazón de la ciudad, donde los visitantes pueden relajarse, explorar y aprender.
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