Mole Antonelliana
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La Mole Antonelliana es uno de los monumentos más icónicos de Turín, un emblema de gran importancia histórica, artística y cultural. Diseñada por el arquitecto Alessandro Antonelli, su construcción comenzó en 1863 y se completó en 1889. Originalmente concebida como una sinagoga, su historia es compleja y fascinante, reflejando las turbulencias y aspiraciones de Italia después de la unificación.
En 1848, con la promulgación del Estatuto Albertino, la comunidad judía de Turín obtuvo el derecho de practicar libremente su religión y decidió construir una nueva sinagoga. Eligieron a Alessandro Antonelli, conocido por su visión arquitectónica ambiciosa. El proyecto original preveía un edificio de 47 metros, pero Antonelli, impulsado por su pasión por las grandes estructuras, propuso una serie de modificaciones que llevarían la altura final a 113 metros. Sin embargo, los crecientes costos y los retrasos en la construcción causaron insatisfacción entre los miembros de la comunidad judía, que finalmente abandonaron el proyecto. En 1873, la ciudad de Turín adquirió el edificio, dedicándolo al rey Vittorio Emanuele II y convirtiéndolo en un monumento nacional.
La Mole Antonelliana se completó solo en 1889, bajo la dirección de Antonelli mismo hasta su muerte y luego de su hijo Costanzo. El edificio es un ejemplo único de arquitectura, con su base cuadrada de ladrillo y una sucesión de elementos neoclásicos que culminan en una espectacular aguja. La cúpula, coronada por un templete neoclásico y una linterna, es uno de sus rasgos distintivos. La aguja, de aproximadamente 50 metros de altura, inicialmente estaba decorada con una estatua del Genio Alado, que luego fue reemplazada por una estrella de cinco puntas después de ser dañada por una tormenta en 1904.
Uno de los aspectos más fascinantes de la Mole Antonelliana es su papel actual como sede del Museo Nacional del Cine. Este museo, uno de los más importantes del mundo en su género, fue concebido durante la Segunda Guerra Mundial e inaugurado en 2000. La colección del museo, iniciada por la arqueóloga Maria Adriana Prolo, incluye dispositivos ópticos pre-cinematográficos, películas, fotografías, carteles y otros recuerdos cinematográficos. El museo también alberga el Festival de Cine de Turín, uno de los eventos cinematográficos más prestigiosos de Italia.
La Mole Antonelliana también tiene un impacto significativo en la cultura popular y en la vida cotidiana de los turineses. Una curiosa anécdota es una leyenda urbana que dice que los estudiantes de la Universidad de Turín que suben a la cima de la Mole no lograrán graduarse. Este mito está tan arraigado que muchos estudiantes evitan visitar la torre hasta el final de sus estudios.
Arquitectónicamente, la Mole Antonelliana es una obra maestra de ingeniería y diseño. La estructura se caracteriza por una base masiva de mampostería, una cúpula imponente y una aguja que se eleva hacia el cielo. Su forma única y su altura de 167,5 metros la convirtieron en el edificio de mampostería más alto del mundo en el momento de su finalización. Hoy en día, los visitantes pueden subir hasta la terraza panorámica a 85 metros de altura a través de un ascensor panorámico, inaugurado en 1961 y renovado en 1999, para disfrutar de una vista impresionante de Turín y de los Alpes circundantes.
Otra curiosidad es su iluminación. La Mole Antonelliana fue uno de los primeros edificios en Europa en ser completamente iluminado gracias a un sistema de gas. En 2017, para celebrar los 110 años de la compañía eléctrica Aem Torino, el edificio fue iluminado con más de 6000 LED, creando un espectáculo visual impresionante.
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