Museo de la Fundación Ricardo do Espírito Santo Silva

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La Fundación Ricardo do Espírito Santo Silva (FRESS), fundada en 1953 por el banquero y coleccionista de arte Ricardo do Espírito Santo Silva, es una institución de gran relevancia para la preservación y difusión de las artes decorativas portuguesas. Ubicada en el Palácio Azurara, un edificio del siglo XVIII restaurado y clasificado como Patrimonio Inmueble de Interés Público, la fundación alberga una amplia colección de arte y 16 laboratorios dedicados a los oficios tradicionales portugueses. El Palácio Azurara, situado en el pintoresco barrio de Alfama en Lisboa, recrea la atmósfera de una casa aristocrática del siglo XVIII. Cada habitación del palacio es un homenaje a las artes decorativas, con techos originales, paneles de azulejos y muebles antiguos que reflejan la evolución del gusto y las técnicas artísticas a lo largo de los siglos. La fundación fue creada para preservar y promover las artes decorativas y artesanales, educando a las nuevas generaciones a través de su Escola de Artes e Ofícios, que ofrece cursos de formación certificados en diversas disciplinas.Ricardo do Espírito Santo Silva, nacido en 1900, era un apasionado coleccionista y mecenas de las artes. Su visión era reunir y devolver a Portugal un patrimonio artístico que corría el riesgo de perderse. Compró el Palácio Azurara en 1947 y expuso parte de su colección privada, compuesta por muebles, tejidos, platería, pinturas y cerámicas de los siglos XVI-XVIII. Su pasión por las artes decorativas lo llevó a crear una fundación que garantizaría la transmisión de los conocimientos artesanales tradicionales a las futuras generaciones.La colección de FRESS es extraordinariamente variada e incluye diversas secciones temáticas. Entre las más relevantes se encuentra la colección de muebles, que con más de 600 piezas ofrece una visión completa de la evolución del mobiliario desde el Renacimiento tardío hasta el Neoclasicismo. En particular, destacan las obras de producción luso-oriental, testimonio de la presencia portuguesa en la costa oriental de África, India y Japón. Un ejemplo emblemático es una mesa de juego del siglo XVIII, realizada con materiales exóticos como el palo santo y el palo rosa, incrustada con marfil y plata.La colección de platería de la fundación es igualmente impresionante, con aproximadamente 250 piezas creadas por más de 70 plateros activos entre los siglos XV y XIX. Estos objetos, en su mayoría de uso civil, ofrecen un importante testimonio de la maestría artesanal portuguesa, con piezas procedentes de Lisboa, Oporto, Guimarães, Évora y Río de Janeiro. No menos fascinante es la sección dedicada a la cerámica, que incluye porcelanas chinas de la dinastía Qing realizadas por encargo portugués, mayólicas de los centros de producción del Rato, Massarelos y Miragaia, y paneles de azulejos. Este núcleo comprende aproximadamente 200 piezas que documentan la evolución de las técnicas cerámicas y los gustos decorativos entre los siglos XVII y XIX.Las colecciones de escultura, aunque más reducidas, ofrecen una visión diversificada del arte religioso, con imágenes en piedra o madera, crucifijos de marfil y belenes de terracota. La Sala dos Presépios alberga una pequeña pero significativa colección de belenes, que enriquece aún más el patrimonio artístico de la fundación.La pintura está representada por aproximadamente 90 obras de artistas portugueses y extranjeros activos en Portugal entre los siglos XVII y XIX. Entre ellos, Gregório Lopes, Bento Coelho da Silveira, Vieira Lusitano y Joaquim Marques, además de pintores como Dirk Stoop y Jean-Baptiste Pillement, que contribuyeron con sus obras al panorama artístico portugués.
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