Museo del Pianoforte (Museo de la Pianola)
Europa,
Países Bajos,
Ámsterdam,
Jordaan
El Geelvinck Pianola Museum, conocido simplemente como Pianola Museum, es uno de los museos más fascinantes y menos conocidos de Ámsterdam. Situado en el pintoresco barrio Jordaan, el museo ofrece una inmersión única en el mundo de las pianolas, o pianos automáticos, que marcaron una época de revolución musical a principios del siglo XX.
El museo, alojado en una acogedora casa histórica del siglo XVII en la Westerstraat, alberga una vasta colección de pianolas y sus correspondientes rollos de música perforados. Con más de 30,000 rollos de música, el Pianola Museum posee una de las colecciones más grandes del mundo, permitiendo a los visitantes explorar un período en el que la tecnología musical estaba avanzando a pasos agigantados.
Las pianolas, inventadas alrededor de 1900, eran instrumentos musicales innovadores capaces de reproducir música automáticamente gracias a rollos de papel perforados. Estos rollos contenían la codificación de las notas musicales, permitiendo a la pianola tocar piezas complejas sin la intervención de un pianista. Esta tecnología revolucionaria permitía a cualquiera disfrutar de música en vivo en su propia casa, transformando la manera en que las personas interactuaban con la música. Entre las pianolas más valiosas expuestas en el museo, destaca un hermoso piano de cola Steinway, equipado con un sistema de reproducción automático. Este instrumento, junto con otros modelos de pianolas, muestra la evolución tecnológica y artística de estos pianos automáticos, que pasaron de ser simples curiosidades técnicas a sofisticados instrumentos musicales.
El museo, abierto de viernes a domingo, ofrece una atmósfera íntima y acogedora, con muebles de época y luces tenues que recrean el ambiente de una casa burguesa del siglo pasado. Este entorno contribuye a transportar a los visitantes atrás en el tiempo, ofreciendo una experiencia envolvente y educativa.
La ubicación del Pianola Museum, en el corazón del Jordaan, añade un encanto adicional a la visita. Este barrio, con sus estrechas calles adoquinadas y pintorescos canales, es uno de los más queridos de Ámsterdam. Después de explorar el museo, los visitantes pueden pasear por el barrio, visitar mercados locales, cafés y galerías de arte, disfrutando de todo lo que esta vibrante área tiene para ofrecer.
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