Ópera de la Bastilla

Europa,
Francia,
citta, París,
XII arrondissement
La Ópera Bastille, ubicada en la histórica Place de la Bastille en París, es un símbolo moderno de excelencia operística y arquitectónica. Inaugurada el 13 de julio de 1989, en vísperas del bicentenario de la toma de la Bastilla, representa uno de los “Grands Travaux” deseados por el presidente François Mitterrand, con la intención de modernizar y democratizar la cultura francesa. La elección del sitio no fue casual: la Bastilla es un lugar emblemático de la Revolución Francesa, y construir un nuevo símbolo cultural en este lugar era una forma de conectar el pasado revolucionario con un futuro de innovación cultural. La idea de construir un nuevo teatro de ópera en París se remonta a los años 60, cuando personalidades como el compositor Pierre Boulez y el coreógrafo Maurice Béjart propusieron la necesidad de un teatro más moderno y accesible que el opulento Palais Garnier. Sin embargo, fue solo en los años 80, bajo la presidencia de Mitterrand, que el proyecto realmente tomó forma. Después de un concurso internacional que contó con la participación de más de 1.700 arquitectos, la victoria fue para Carlos Ott, un arquitecto uruguayo-canadiense entonces relativamente desconocido.La construcción, iniciada en 1984, tuvo lugar en el sitio de la antigua estación de tren de Paris-Bastille, cerrada en 1969. La elección de Ott resultó audaz y controvertida, con el proyecto que superó el presupuesto inicial y enfrentó varios problemas técnicos. Uno de los más conocidos fue la fachada de piedra caliza, que comenzó a deteriorarse poco después de la inauguración, requiriendo extensos trabajos de reparación y reemplazo en las décadas siguientes.La Ópera Bastille es una obra maestra de transparencia y modernidad. La fachada es una combinación de vidrio, metal y piedra, con paredes transparentes que permiten que la luz natural inunde los espacios públicos, creando un sentido de continuidad entre la vida urbana exterior y el entorno interno del teatro. Con una capacidad de 2.700 asientos, el auditorio está diseñado para garantizar una acústica óptima y una excelente visibilidad desde cualquier ángulo.El teatro está equipado con tecnologías escénicas de vanguardia, incluido un escenario móvil que puede transformarse rápidamente gracias a un sistema de plataformas elevadoras y un área de almacenamiento subterránea. Estas herramientas permiten cambios de escenario rápidos y una variedad de configuraciones para albergar diferentes producciones, convirtiendo a la Ópera Bastille en uno de los teatros más versátiles del mundo.La inauguración oficial contó con una gala semi-escénica titulada “La Nuit avant le jour”, dirigida por Robert Wilson y con la participación de artistas de renombre internacional como Teresa Berganza y Plácido Domingo. Sin embargo, la primera representación operística real tuvo lugar solo en marzo de 1990, con “Les Troyens” de Hector Berlioz. Los primeros años estuvieron marcados por controversias y escándalos, incluido el despido del primer director artístico Daniel Barenboim y problemas técnicos con la escenografía automatizada.A pesar de las dificultades iniciales, la Ópera Bastille se ha convertido en una de las instituciones culturales más importantes de París, atrayendo a más de 900.000 espectadores al año. Acoge una amplia gama de espectáculos, desde conciertos sinfónicos hasta ballets, y sigue siendo un centro neurálgico para la música y las artes escénicas a nivel internacional. Su construcción no solo representó una actualización tecnológica y arquitectónica, sino también un símbolo de accesibilidad cultural, en línea con la visión de Mitterrand de una cultura para todos.
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