Palacio Barolo
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Palazzo Barolo, también conocido como Palazzo Falletti di Barolo, es un magnífico ejemplo de arquitectura barroca situado en el corazón de Turín, en la calle delle Orfane. Construido a finales del siglo XVII según el diseño del arquitecto Gian Francesco Baroncelli, el edificio fue encargado por la familia Provana. En el siglo XVIII, fue remodelado por el arquitecto Benedetto Alfieri, quien introdujo elementos rococó, dándole al palacio su aspecto actual.
La historia del palacio está estrechamente ligada a la familia Falletti di Barolo, que vivió allí hasta mediados del siglo XIX. Entre los miembros más destacados de la familia se encontraban el marqués Tancredi y su esposa Giulia Colbert di Maulévrier, recordados por sus obras filantrópicas. Giulia, en particular, es famosa por su compromiso con los más pobres y por haber fundado numerosas instituciones de asistencia social en Turín. Su residencia se convirtió en un centro de actividades caritativas y culturales, albergando a personalidades ilustres como el escritor Silvio Pellico, quien vivió en el palacio durante varios años.
La estructura del palacio es imponente y fascinante. La entrada principal conduce a un amplio patio interior, rodeado de pórticos decorados con estuco y frescos. Los interiores del palacio están ricamente decorados con estucos, frescos y muebles de época. Entre las salas más destacadas se encuentran la Sala de los Espejos, la Sala Roja y la Sala Verde. Esta última contiene un fresco de Luigi Morgari que representa Las bodas de Peleo y Tetis, un ejemplo de la refinada artística de la época.
Uno de los elementos más característicos del palacio es la escalera de honor, que ocupa una posición central en el edificio, a diferencia de la disposición tradicional de los palacios del siglo XVII. Esta escalera, ricamente decorada, conduce a los pisos superiores, donde se encuentran los apartamentos nobles. Los adornos decorativos del piso noble, que datan de finales del siglo XVII, incluyen estucos de Pietro Somasso, lienzos de Francesco Trevisani y frescos de los Legnani.
En 1906, el lado sur del palacio fue derribado para ampliar la calle Corte d’Appello, una intervención urbanística que modificó parcialmente la estructura original del edificio. Sin embargo, la parte restante del palacio aún conserva muchos de los elementos arquitectónicos y decorativos originales, ofreciendo un valioso ejemplo de arquitectura barroca piamontesa.
Hoy en día, Palazzo Barolo alberga la Opera Barolo, una fundación que se encarga de continuar las actividades filantrópicas iniciadas por los marqueses Falletti. La fundación organiza visitas guiadas al palacio, permitiendo a los visitantes explorar sus magníficas salas y conocer la historia de la familia Falletti y sus obras de caridad. Además, el palacio alberga exposiciones, eventos culturales y conferencias, manteniendo vivo el espíritu de mecenazgo y apertura cultural que siempre ha caracterizado este lugar.
Entre las anécdotas relacionadas con Palazzo Barolo, una de las más conocidas se refiere a Silvio Pellico. Después de ser liberado de las cárceles austriacas, Pellico fue acogido por Giulia di Barolo, quien le ofreció hospitalidad y lo involucró en sus obras de caridad. Pellico vivió en el palacio durante muchos años, dedicándose a la enseñanza en las escuelas fundadas por la marquesa y escribiendo algunas de sus obras más importantes. La habitación de Pellico, con sus muebles originales, forma parte del recorrido del museo, ofreciendo una visión de la vida cotidiana de uno de los más grandes escritores italianos del siglo XIX.
Otro aspecto interesante del palacio es su biblioteca, que contiene una rica colección de libros y manuscritos raros. Esta biblioteca, originalmente creada por los marqueses Falletti, ha sido ampliada a lo largo de los años y hoy en día representa un recurso valioso para académicos y amantes de la historia y la literatura.
El jardín del palacio, aunque modificado a lo largo de los siglos, aún conserva su encanto original. Este espacio verde, diseñado al estilo italiano, ofrece un oasis de tranquilidad en el corazón de la ciudad, con parterres geométricos, fuentes y esculturas que crean un ambiente armonioso y relajante.
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