Parque Ámstel
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Zuid
El Amstelpark de Ámsterdam es una verdadera joya verde situada en la parte sur de la ciudad, un oasis de paz y belleza que encanta a residentes y turistas con su extraordinaria variedad de flora, sus estructuras artísticas y los numerosos espacios recreativos. Este parque, que se extiende sobre más de 47 hectáreas a lo largo de las orillas del río Amstel, fue originalmente creado para albergar la Floriade de 1972, una prestigiosa exposición internacional de horticultura que se celebra en los Países Bajos cada diez años. Desde entonces, el Amstelpark ha mantenido su encanto, conservando muchas de las características introducidas durante la exposición.
Uno de los aspectos más fascinantes del Amstelpark es su extraordinaria biodiversidad. El parque alberga una amplia gama de plantas provenientes de todo el mundo, incluyendo una espléndida colección de rododendros que florecen en primavera, transformando el parque en un estallido de colores y aromas. Además de los rododendros, el parque también cuenta con un rosal, un valle de rododendros y un jardín japonés, este último renovado en 2001 para celebrar el 400º aniversario de las relaciones entre los Países Bajos y Japón. El jardín japonés, con sus arreglos de piedras, grava y árboles bonsái, ofrece un lugar de quietud y reflexión, un rincón de tranquilidad que contrasta con el dinámico bullicio de la ciudad.En el parque se encuentran dos galerías de arte: Het Glazen Huis y la Orangerie. Het Glazen Huis, o Casa de Cristal, es una estructura moderna que alberga exposiciones de arte contemporáneo, a menudo centradas en temas de sostenibilidad y medio ambiente. La Orangerie, además de funcionar como invernadero para plantas tropicales, durante los meses más cálidos se transforma en un espacio expositivo para esculturas e instalaciones artísticas. Estos espacios expositivos dentro del parque ofrecen una fusión única entre arte y naturaleza, estimulando la reflexión y el diálogo entre los visitantes.El parque también está lleno de instalaciones de ocio que lo convierten en un lugar ideal para familias y niños. Una de las principales atracciones es el trenecito del Amstelpark, que recorre el parque ofreciendo una forma divertida y relajante de explorar los diversos jardines y áreas verdes. Los niños pueden divertirse en el parque infantil o visitar la granja educativa, donde pueden interactuar con animales domésticos y aprender más sobre la vida rural. Además, el mini-golf y los numerosos senderos peatonales y ciclistas ofrecen oportunidades de esparcimiento para personas de todas las edades.La historia del Amstelpark está estrechamente ligada a su origen como sede de la Floriade de 1972. Este evento contó con la participación de países de todo el mundo, que contribuyeron con pabellones y jardines temáticos. Aunque muchos de estos pabellones fueron retirados después de la exposición, el parque ha conservado el espíritu internacional y la atención a la belleza natural. El molino de viento Riekermolen, que data de 1636, es uno de los elementos históricos más fascinantes del parque. Situado originalmente en el Riekerpolder, el molino fue trasladado al Amstelpark en 1961 y representa un importante testimonio del patrimonio holandés. Junto al molino se encuentra una estatua de Rembrandt, un homenaje al famoso pintor que a menudo visitaba esta zona para dibujar los paisajes a lo largo del río Amstel. El Amstelpark también es un importante punto de encuentro para los amantes de la observación de aves. Gracias a su variedad de hábitats, el parque alberga numerosas especies de aves, ofreciendo a los aficionados la oportunidad de observar y fotografiar una rica avifauna. La combinación de estanques, prados y bosquecillos crea un ambiente ideal para muchas especies, haciendo del parque un lugar privilegiado para los observadores de aves.
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