Villa Necchi Campiglio
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Centro Storico
Villa Necchi Campiglio es una joya de la arquitectura milanesa situada en el corazón de la ciudad, en la calle Mozart, rodeada de un amplio jardín con piscina y cancha de tenis. Construida entre 1932 y 1935 según el diseño del arquitecto Piero Portaluppi, representa uno de los ejemplos más refinados del racionalismo italiano, combinando elementos de modernidad con una sofisticada estética Art Déco.
La villa fue encargada por Angelo Campiglio y las hermanas Nedda y Gigina Necchi, destacados miembros de la burguesía industrial lombarda. Su deseo era crear una residencia que reflejara su estatus social y su amor por el arte y la arquitectura contemporánea. Portaluppi diseñó el edificio como una obra de arte total, cuidando cada detalle, desde los interiores hasta las áreas exteriores. La villa incluía innovaciones tecnológicas de vanguardia para la época, como un ascensor, un montacargas, intercomunicadores y una piscina climatizada, la primera de este tipo en Milán.
El exterior de la villa es austero y monumental, con una fachada caracterizada por el uso de diferentes materiales en cada piso, como granito y mármol, que le confieren una variedad de texturas y colores. La entrada principal, con su imponente puerta de vidrio y hierro, conduce a un vestíbulo pavimentado en nogal y palisandro, creando una impresión de opulencia y bienvenida. El jardín, diseñado para ser un oasis de tranquilidad en el centro urbano, es un ejemplo de cómo la arquitectura puede integrarse armoniosamente con la naturaleza.
Los interiores de la villa son igualmente fascinantes, con una combinación de racionalismo y Art Déco. La biblioteca, con sus estanterías de madera de rosa y el techo decorado con estuco en motivos diamantados, es uno de los ambientes más íntimos y refinados de la casa. La veranda, concebida como un salón verde con plantas entre vidrios dobles, es uno de los espacios más sugestivos de la villa, ofreciendo una vista panorámica del jardín.
En 1938, la familia Necchi Campiglio encargó al arquitecto Tomaso Buzzi rediseñar los interiores en un estilo neo-tradicional, más suave y decorativo que el minimalismo de Portaluppi. Buzzi introdujo elementos inspirados en el arte del siglo XVIII, como la chimenea de estilo clásico y las paredes revestidas de tapices flamencos y terciopelo. Esta intervención creó un interesante contraste dinámico entre la rigurosa racionalidad de los espacios originales y la riqueza decorativa de las nuevas adiciones.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la villa fue requisada y utilizada como cuartel general por la República Social Italiana y posteriormente por los Aliados. Después de la guerra, la familia recuperó la propiedad y continuó viviendo en la villa hasta los años 80. Tras la muerte de las hermanas Necchi, sin herederos directos, la villa fue donada al FAI (Fondo Ambiente Italiano), que la convirtió en una casa museo abierta al público en 2008, después de una cuidadosa restauración.
Hoy en día, Villa Necchi Campiglio alberga una serie de colecciones de arte de gran valor, incluyendo obras de Canaletto, Sironi, Fontana y De Chirico, donadas al FAI por varios mecenas. Estas colecciones enriquecen aún más el patrimonio de la villa, convirtiéndola en un lugar de gran interés cultural y artístico.
La villa también ha sido escenario de importantes producciones cinematográficas, como la película “Io sono l’amore” de Luca Guadagnino, que ha contribuido a dar a conocer este extraordinario ejemplo de arquitectura racionalista a un público más amplio. Sus habitaciones, con sus decoraciones refinadas y su atmósfera de antaño, ofrecen un fascinante viaje al pasado, permitiendo a los visitantes sumergirse en la vida de una de las familias más influyentes de la Milán del siglo XX.
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