Wood Quay
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Dublin 8
Wood Quay es uno de los sitios arqueológicos más importantes y controvertidos de Dublín, un lugar que narra milenios de historia y que ha sido testigo de uno de los descubrimientos arqueológicos más grandes en la historia de Irlanda. Ubicado a lo largo de las orillas del río Liffey, en el centro de Dublín, Wood Quay se hizo famoso por las excavaciones que, desde la década de 1970, han sacado a la luz los restos de un asentamiento vikingo que data de los siglos IX y X. Estas excavaciones han proporcionado valiosa información sobre la vida cotidiana de los vikingos en Dublín, una ciudad que ellos mismos fundaron en el año 841 d.C.Durante la Edad Media, esta área era un bullicioso barrio comercial, donde los comerciantes vikingos y, posteriormente, normandos, llevaban a cabo sus actividades. Las excavaciones han revelado numerosos artefactos, incluyendo utensilios domésticos, monedas, joyas y estructuras de madera bien conservadas, que ofrecen una visión detallada de la vida cotidiana en la antigua Dublín.
En 1974, el Ayuntamiento de Dublín anunció planes para construir el nuevo edificio de la Dublin Corporation (ahora Consejo de la Ciudad de Dublín) en Wood Quay, un proyecto que implicaría la destrucción de una parte significativa del sitio arqueológico. Este anuncio desencadenó una de las mayores campañas de protesta en defensa del patrimonio cultural en Irlanda. Arqueólogos, historiadores, estudiantes y ciudadanos comunes se unieron para oponerse a la construcción, argumentando la importancia de preservar un sitio de tal relevancia histórica.
La campaña de protesta contra la construcción en Wood Quay se convirtió en un movimiento nacional. Se organizaron manifestaciones, peticiones y marchas para concienciar al público y presionar al gobierno. A pesar de la intensa oposición, los trabajos de construcción comenzaron en 1978, lo que llevó a la destrucción de parte del sitio. Sin embargo, gracias a la presión pública, se pudieron realizar excavaciones arqueológicas más extensas y detalladas antes del inicio de los trabajos de construcción, permitiendo la recuperación y documentación de muchos artefactos valiosos.
Un anécdota significativa se refiere a la construcción del edificio de la Dublin Corporation. Durante los trabajos, un gran árbol de madera, parte de una estructura vikinga, fue accidentalmente excavado y dañado por las máquinas. Este incidente desencadenó más protestas y fortaleció la determinación de los activistas para proteger lo que quedaba del sitio. Aunque parte del sitio se perdió, las lecciones aprendidas durante esta controversia han contribuido a mejorar las prácticas de gestión de sitios arqueológicos en Irlanda.
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